Somos seres relacionales que siempre están en constante vinculación con otros seres, es por esto que es importante evaluar también el vecindario en el que decidirás vivir, no solo el tamaño de la propiedad, precio o ubicación, ya que podrá tener un impacto en la comunidad, tu identidad y tu sentido de pertenencia, modelando la percepción del bienestar y satisfacción a largo plazo.
Vecindario e identidad
Aunque no siempre es posible, es importante buscar un lugar para vivir donde los valores, el estilo de vida y las aspiraciones tengan coherencia. La necesidad de pertenencia influye profundamente en la propia identidad y el lugar que creemos ocupar en la sociedad. Un vecindario que se ajuste a las propias necesidades y valores, pueden hacernos sentir aceptados y comprendidos, generando así mayor bienestar social y emocional.
Sentido de comunidad
Las personas pueden optar por vivir en lugares donde puedan establecer conexiones sociales significativas, fortaleciendo así la sensación de seguridad y pertenencia, dándole un mayor valor al hogar. En un vecindario se puede fomentar la convivencia con eventos comunitarios, espacios púbicos compartidos o reuniones sociales. Esto puede ayudar a generar un sentido de estabilidad que influye mucho al elegir una vivienda.
Sentido de pertenencia
Es una necesidad innata del ser humano, ya que, como se mencionó, somos seres relacionales, sentirse aceptado y valorado puede influir profundamente en la satisfacción dentro del hogar. Se puede generar por medio de la interacción con otras personas, compartiendo gustos, intereses, opiniones o valores. A mayor comodidad y conexión con el ambiente, mayor satisfacción personal, posiblemente generando una pertenencia en ese lugar a largo plazo.
Diversidad e inclusión
Además de ser seres relacionales, somos seres diversos, proporcionando diferentes culturas o etnias que pueden generar mayor conexión con el mundo y una oportunidad para el crecimiento personal. Puede influir en abrir la perspectiva y buscar diferentes estilos de vida donde se pueda evolucionar. O bien, se puede elegir lo conocido, lo igual a mí, generando comodidad y seguridad. La decisión depende de lo que a la persona la haga sentir en bienestar y estabilidad.
Si bien la interacción social sana y compartida es lo ideal, no siempre es la realidad. Busquemos romper las barreras emocionales que nos hacen no mirar a la otra persona a los ojos, ya que funcionamos en conjunto, siempre en relación y por influencia de otros, aportemos nuevos conocimientos los unos a los otros para buscar el crecimiento personal de cada uno de los involucrados. Toma en cuenta estos puntos si estás próximo a elegir tu nueva vivienda, el lugar donde vivimos no solo debe satisfacer nuestras necesidades, sino también tener coherencia con quienes somos, con nuestros valores y con el sentido de pertenencia y comunidad.
